Excmo. Ayuntamiento El Hoyo de Pinares

Ruta del Cerro

Detalles de la ruta

  • Distancia: 14 km
  • Tiempo: 4:30 a 5:30 horas
  • Dificultad: media-alta
  • Salida: Piscina Municipal
  • En servicio: abril 2014
  • Color:

Este paseo nos lleva a un precioso bosque de pinos en umbría, de ahí su nombre “Umbría del Venero”, zona con un microclima que hace posible que haya musgo húmedo y verde en todas las estaciones del año, cubriendo con su manto grandes piedras de granito con formas caprichosamente apiladas y talladas por el tiempo. En este espacio se rompe la hegemonía y uniformidad de los pinos piñoneros y negrales y aparece el pinus nigra salzmanni, mostrando su singularidad en este bosque fresco y sombrío. Como ejemplo de esta epecie, pinus nigra salzmanni, encontramos dos árboles singulares por su belleza y alzada: El Chorrito I y El Chorrito II.

En este entorno hallaremos una bella fuente también llamada “El Venero”, parada imprescindible para saciar la sed, no sólo de agua, sino de frescor, de monte, de olor a resina, de esa sensación de libertad que busca el visitante que decide adentrarse en los bosques naturales, sin apenas intervención humana. En primavera la peonía y la flor de lagarto salpican el verde con su rico colorido en las inmediaciones de la fuente y otras zonas con excedentes de humedad.

Si el olor a resina predomina en este tramo de ruta, se irá perdiendo si continuamos el ascenso, abriendo paso a la jara y el tomillo que impregnan con sus aromas todo el camino hasta llegar al Mirador del Cerro y al alto de Valdegarcía. Son éstos lugares idóneos para hacer parada sosegada y contemplar desde las alturas unas vistas inmejorables del entorno de El Hoyo de Pinares y municipios circundantes. Dejando volar la vista llegaremos hasta la Sierra de Gredos, Sierra de Guadarrama, Sierra de Zapatero y el Pico de la Almenara o El cerro de Cadalso, entre otros.

Después del continuo subir y bajar al que obliga este terreno voluptuoso, descenderemos al llano, dejando las cumbres a buitres, águilas y halcones, a los que podremos observar sin esfuerzo en su vuelo por el cielo hoyanco a lo largo de todo el paseo. En la falda de la montaña, acercándonos al pueblo, los huertos, viñedos, olivares, higueras, encinas y otros cultivos tomarán el relevo al bosque de pinos, y ofrecerán un paisaje más humanizado, pero no por ello exento de belleza.

Como singularidad en esta ruta encontraremos la huella de los diferentes modos de ejercer la cantería a lo largo de la historia, y las diferentes técnicas que se han ido empleando. Actualmente este oficio sigue estando presente en esta localidad y no es raro sorprender a los artesanos tallando la piedra con herramientas tradicionales.